Capítulo 1: Ya no quiero ser un perdedor

«¡Mamá, los tres años han pasado, en estos tres años, he hecho todo de acuerdo con tus últimas palabras, ahora no hay nadie en toda la familia Su e incluso la mitad de Jiangcheng que no sepa que el joven marginado que vino de la familia Lin es un desperdicio!»

«Mamá, sé que la razón por la que me pediste que me contuviera durante tres años fue porque te preocupaba que sufriera la persecución de la gente de mi familia. Dijiste que tenía un gran talento y que sería un Fénix entre los hombres en el futuro, pero yo venía de un mal entorno y no tenía ningún poder, así que no podía competir con esa gente, y una vez que mostrara algo de mi talento, estaba destinado a atraer una sentencia de muerte, así que me obligaste a fingir que era un perdedor.»

«Pero… mamá, no sabes, estás equivocada, muy equivocada, a mis ojos, ¡la familia Lin es sólo una panda de cerdos y perros! ¿Por qué yo, Lin Yang, iba a temer a un grupo de gallinas y perros?»

«La familia Lin me ha abandonado, y no quiere que vuelva a la familia Lin, ya no tengo ninguna relación con la familia Lin. He venido a verte hoy para decirte que el periodo de tres años ha terminado y yo… ¡Lin Yang! no quiero ser un desperdicio nunca más».

En el interior del mausoleo sin nombre en las afueras del sur de Yanjing, Lin Yang se sentó de rodillas frente a una lápida sin nombre, su expresión era indiferente mientras ponía el papel amarillo en su mano en el cuenco de fuego.

«Si tuviera los conocimientos médicos que tengo ahora hace tres años…» Lin Yang apretó el puño en secreto, con los ojos llenos de resignación.

¡Choca!

De repente, un sonido de una rama siendo pisada sonó dentro de este mausoleo sin nombre.

Lin Yang miró hacia la fuente del sonido, y dos figuras corrían hacia este lado bajo la noche.

Un anciano y un joven, el anciano llevaba un traje Tang y tenía el pelo de gallina, pero tenía sangre en la cintura y el abdomen, era evidente que estaba herido. La joven es una chica, de unos veinte años, con un vestido de flores, de figura esbelta y piel clara, muy encantadora.

En ese momento estaba apoyando al anciano mientras corría hacia delante angustiado, con los ojos otoñales cubiertos de miedo.

El desdichado dúo se alegró de encontrar a Lin Yang a la luz del fuego.

«¡Este hermano mayor, por favor, salva a mi abuelo!» La chica dijo con lágrimas en las comisuras de los ojos, con voz sollozante.

«Lo siento, sólo he venido a visitar la tumba, ¡no puedo ayudarte!» Lin Yang dijo con indiferencia, agitando y encendiendo tres barritas de incienso y presentando sus respetos a la lápida.

«¡Hermano mayor, por favor!» La chica estaba ansiosa.

«An An… no des vueltas, suéltalo, su objetivo soy yo, tú ve primero… ¡el abuelo vendrá por detrás!» Los labios del anciano estaban pálidos y dijo débilmente.

Le faltaba el aire incluso para hablar debido a la pérdida de sangre.

«¡No abuelo, nunca te abandonaré!» La chica dijo con firmeza, apretando sus dientes de plata.

«¡Niña tonta!» El anciano dejó escapar un largo suspiro: «¡No podremos huir así de nadie!».

¿Cómo es posible que la chica no lo sepa?

Apretó fuertemente su pequeña mano, luego miró a Lin Yang que estaba sentado de rodillas frente a la lápida y dijo seriamente: «¡Este hermano mayor, si estás dispuesto a sacar a mi abuelo de aquí, nuestra familia Xia definitivamente te lo agradecerá fuertemente, podemos darte lo que quieras!»

La joven miró a Lin Yang con expectación, esperando que este tipo hubiera oído hablar de la Familia Xia.

Sin embargo, Lin Yang no respondió.

¿No había oído hablar de ella?

La joven se sintió decepcionada, pero no se dejó intimidar.

«¡Un millón!»

¡Un precio directo y explícito!

«Llévate a mi abuelo, yo me quedaré atrás para acolchar tu espalda, estás a salvo, mientras hagas lo que te digo, ¡mi familia Xia te dará un millón de yuanes!»

«¡An! ¡Vete! Los viejos huesos del abuelo se pelearán con ellos». El anciano dijo con entusiasmo, pero cuando terminó de hablar la herida de su abdomen volvió a derramar sangre y el hombre no pudo dejar de toser.

El rostro de la joven estaba lleno de lágrimas, ignorando al anciano y mirando fijamente a Lin Yang.

Sin embargo… Lin Yang seguía sin inmutarse.

«¡Dos millones!» La joven volvió a gritar.

La situación seguía siendo desesperada.

La respiración de la joven se entrecorta y grita con urgencia y continuidad.

«¡Tres millones!»

«¡Cuatro millones!»

«¡Cinco millones!»

…

Pero por muy tentadoras que fueran sus figuras, no podían impresionar a Lin Yang.

Era como una cabeza de madera.

¿Había alguien más que no estuviera interesado en el dinero?

La joven sintió que le temblaba la voz.

«¡Deja de gritar!»

Finalmente, Lin Yang abrió la boca.

A la joven se le cortó la respiración.

Pero vio a Lin Yang poner el incienso delante de la lápida, miró la lápida sin nombre y dijo con indiferencia: «Es la primera vez que limpio la tumba de mi madre, por favor, date prisa y vete, no me molestes hablando con mi madre, ¿vale?»

«Pero…» La joven quiso decir algo más.

*Susurros*

En ese momento, se escuchó el sonido de unos densos pasos.

Más de treinta hombres se precipitaron en la puerta del mausoleo.

Todos estos hombres eran feroces y fieros, sosteniendo afilados cuchillos en sus manos, y rodearon a la joven y al anciano.

Por la forma en que estaban, era obvio que no eran combatientes ordinarios, sino probablemente un grupo de mercenarios internacionales.

«Maestro Xia, deje de correr, coopere y le daremos un tiempo doloroso». Un hombre calvo a la cabeza del grupo empuñó una daga brillante y dijo con frialdad.

«Ustedes son la gente enviada por la familia Lu, ¿verdad?» Un destello de dominio y rabia recorrió los ojos del anciano: «¡La familia Lu es tan despiadada! Si sobrevivo a este desastre, ¡haré que esta despiadada familia Lu desaparezca de Yanjing!»

«¡Corta!»

El calvo no se molestó en hablar, sino que gritó y golpeó con su espada.

El resto de los hombres empezaron a cortar con sus espadas.

Decenas de cuchillas brillantes apuntaban directamente a la joven y al anciano.

No hubo piedad.

No hubo ninguna duda.

La joven y el anciano eran demasiado débiles para afrontar una batalla así.

El rostro de la joven estaba blanco de miedo y el anciano, aunque herido, tiraba de la joven detrás de él, con sus viejos ojos decididos, como si fuera a luchar por su vida contra esos matones.

Pero aunque lo hiciera, ¿de qué serviría? Estos matones todavía tenían pistolas en sus cinturones, y habría sido amable de su parte no sacarlas.

¡Esta fue una matanza sin suspenso!

«¡Para!»

En el momento justo, sonó una voz indiferente.

El hombre calvo barrió sus ojos hacia Lin Yang y dijo en voz baja: «¡Acaba con este también por cierto, para no causar más problemas!»

«¡Bien, capitán!»

El hombre que estaba a su lado asintió con fuerza, y luego giró su paso para correr hacia Lin Yang.

Pero en cuanto se acercó, una aguja de plata salió volando y se clavó con precisión en el fuerte cuello del hombre.

En un instante, el hombre se congeló en el lugar, incapaz de moverse como una estatua.

«¿Qué?»

«¡Ah Wei! ¿Qué te ha pasado?»

«¡Capitán, fue este hombre quien lo hizo! Este hombre parece ser un practicante».

Los hombres palidecieron.

«¡Nos hemos encontrado con una espina clavada! Ten cuidado, ¡deshagámonos de este tipo primero!»

El rostro del hombre calvo era sombrío mientras cargaba hacia Lin Yang con su espada.

Pero en cuanto se movieron, Lin Yang, que estaba sentado de rodillas frente a la lápida, volvió a levantar la mano.

Parecía haber un río de estrellas fluyendo entre sus manos, y una fina y brillante luz salió volando, atravesando el cielo nocturno y estrellándose contra los cuerpos de estas personas.

«¿Agujas de plata?»

Los ojos nublados del anciano se pusieron en guardia.

Mirando de nuevo al grupo del calvo, todos se habían convertido en estatuas, inmóviles.

Todos y cada uno de ellos tenían una aguja delgada como un pelo clavada en el cuello.

El anciano y la joven se quedaron boquiabiertos.

«Mamá, mi hijo es poco filial, te he molestado…» murmuró Lin Yang sin mirar atrás, mirando la lápida.

El anciano y la joven ya estaban asombrados.

«Abuelo, ¿qué… qué les pasa?» La joven tragó saliva.

«¿Podría ser esta la aguja de plata que sella los puntos de acupuntura?» El anciano tenía una mirada de asombro, «He oído mencionar a tu abuelo Wang, pero nunca lo he visto…»

«¿Abuelo Wang? ¿Te refieres al presidente de la Asociación de Medicina China, el Santo de la Medicina, Wang Xiongzhi?»

«No está mal…» dijo débilmente el anciano, «Tu abuelo Wang decía que los que sellan los puntos de acupuntura con agujas de plata son todos grandes practicantes de la medicina china… Si este joven es realmente tan bueno, entonces es… ¡Muy especial!»

El anciano se lamentó, pero mientras hablaba, volvió a sentirse un poco inestable sobre sus pies.

«Abuelo, ¿estás bien?»

«Sí… todavía puedo aguantar un rato». El anciano forzó una sonrisa.

Cómo no iba a ver la joven que estaba llena de angustia, y después de mirar fijamente a Lin Yang durante un rato, estaba a punto de dar un paso adelante.

«An An, ¿qué quieres hacer?» El anciano estaba ocupado tirando de su espalda.

«Abuelo, ya que has dicho que este hombre es muy bueno curando, entonces pídele que lo haga, seguro que podrá salvarte».

«¡Niña tonta, los demás no quieren ser molestados, no debes invitar a más disgustos!»

«Pero abuelo, si esto continúa, morirás». La chica estaba a punto de llorar en su ansiedad.

«La riqueza y la fortuna tienen un destino, la vida y la muerte están en manos del Cielo». El anciano dijo débilmente.

Pero en cuanto las palabras salieron de su boca, sus ojos se volvieron negros y se desplomó.

«¡Abuelo, abuelo!»

La muchacha lanzó un duro grito, pero no pudo despertar al viejo desmayado.

La chica estaba desesperada.

Se apresuró a arrodillarse en el suelo y le gritó a Lin Yang: «Por favor, salva a mi abuelo».

«¡Estás haciendo ruido a mi madre, mi paciencia es limitada!»

La voz de Lin Yang se tornó fría mientras ladeaba débilmente la cabeza.

«¡Pero, mi abuelo se está muriendo!» La chica gritó: «Por favor, haz algo para salvarlo…»

La niña seguía suplicando, sus gritos hacían hervir el mausoleo.

«¡Parece que no has oído mis palabras!»

«Hermano mayor, lo siento mucho, pero mi abuelo se está muriendo de verdad, si estás dispuesto a salvar a mi abuelo, nuestra familia Xia está dispuesta a renovar el mausoleo, dispuesta a reformar la tumba de mi tía, ¡e incluso yo, Xia Youan, estoy dispuesta a custodiar personalmente el espíritu de la tía durante tres años! ¿De acuerdo?» La chica temblaba y gritaba.

Estas palabras conmovieron ligeramente a Lin Yang.

Volvió a mirar a la chica, dudó y dijo con indiferencia: «No es necesario mantener el espíritu, sólo ayúdame a renovar la tumba de mi madre, también es una forma de cumplir con mi piedad filial».

«¿Estás de acuerdo?»

La chica estaba encantada.

Lin Yang asintió y se acercó al lado del anciano, sacando una aguja plateada de media pulgada de largo como el pelo de un par de bolsas de agujas que colgaban de su cintura, antes de clavarla cuidadosamente en la frente del anciano.

En un instante, el anciano, que ya se había desmayado, se sacudió violentamente, luego su boca se abrió de par en par con un sonido «wow» e inhaló ferozmente.

«¡Abuelo!» La chica estaba abrumada por la emoción.

«¿Llegaron sus hombres en una hora?»

«Les he enviado una localización, estarán allí en media hora».

«Es suficiente, estará bien enviar al hospital para una transfusión de sangre dentro de una hora, si es tarde, enviarlo a la funeraria para la cremación».

Lin Yang recogió la bolsa de lona del suelo y se dio la vuelta para marcharse.

«Este hermano mayor, ¿cómo se llama?» La chica gritó con urgencia.

Pero Lin Yang ya había desaparecido en la noche.

La chica miraba aturdida la dirección por la que se había ido Lin Yang, algo perdida en sus pensamientos.

De repente, como si tuviera una visión de algo por el rabillo del ojo, miró ligeramente hacia abajo, pero vio que un billete en movimiento caía junto a la lápida.

Se apresuró a acercarse y recoger el billete.

“¿Jiangcheng? ¿Lin Yang?»